El conejo en la luna
- paulinamarz12
- 7 oct 2019
- 5 Min. de lectura
Pues resulta ser que picando por ahí (buscando blogs y cosas sobre Japón) encontré una página en español, que vende el Japan Rail Pass, que básicamente es un boleto para usar la linea de trenes en Japón, y se puede comprar dependiendo del tiempo que vayas a estar en el país, te ahorras una lana y puedes usar casi todas las lineas del tren y creo q tiene una versión VIP o de primera clase o algo así que te permite usar también el tren bala, ya que lo tenga bien investigado les platico mas sobre el tema.

La cuestión es que en esta página también tienen blog ( https://www.jrailpass.com/blog/es ) y me encontré con una entrada que habla sobre un festival que acaba de pasar, que se llama Tsukimi, un festival de la contemplación de la luna.
El Tsukimi, también es conocido como Otsukimi o Jugoya, que significa literalmente mirar a la luna o contemplar a la luna y la intención es contemplar y rendir homenaje a la luna otoñal. En Corea la temporada es conocida como Chuseok, en China y en la mayoría de los demás países asiáticos tienen lo mismo, porque pues muchas de estas costumbres surgieron en China, peeeero para no entrar en detalles lingüísticos, digamos q se le conoce como el festival de medio otoño o de la luna de la cosecha, porque en cantonés tiene un nombre, en mandarín otro, en vietnami y en cada idioma asiático que se les ocurra tiene un nombre específico y pues no se leer ninguno jajaja... nosotros occidentales lo conocemos como la luna de la cosecha o Harvest moon.
Como todo festival, viene acompañado de comida tradicional, en el caso de Japón, incluye una bola de masa de arroz llamada Tsukimi dango, un dulce similar al mochi. Las bolas son redondas y blancas y se dice que celebran la belleza de la luna, supongo que la idea es simular la luna llena.
Incluso los restaurantes de comida rápida venden platos especiales de huevo durante estos días. Es común encontrar sándwiches de huevo, tsukimi soba o tsukimi udon (fideos hervidos cubiertos con nori, caldo y un huevo crudo, que se parece a la luna).
Además, se utilizan otros ingredientes que se corresponden con los productos de temporada y se presentan como ofrendas a la luna. El camote o papa dulce se prepara como una ofrenda a la luna llena, las castañas y las judías ( frijol o alubia) a la luna creciente. Taro, edamame y sake también se pueden consumir u ofrecer. Por este motivo, las celebraciones se conocen con varios nombres como Imomeigetsu, Mememeigetsu o Kurimeigetsu, las lunas de la cosecha de el camote, la judía y la castaña, respectivamente.
Tradicionalmente, las oraciones por una cosecha abundante acompañan esta costumbre.
Lo que más me llamo la atención de este festival es que, en Japón también se cree que en la luna se ve un conejo, como en México, no se si en otros países de Latinoamérica tengan el mismo cuento, pero en Japón dicen q ven un conejo machacando arroz con un martillo para hacer mochi, jejeje, el mochi es un pastelito muy delicioso que esta elaborado de arroz glutinoso molido y después se moldea y pueden hacerse bolitas o formas de cosas variadas, algo similar a lo q se hace con el jamoncillo aquí en México; esta creencia del conejo viene de una fábula budista que cuenta lo siguiente:
Un viejo peregrino encontró un día un mono, un zorro y un conejo (en otras versiones, el mono es un oso). El hombre, de avanzada edad, se encontraba agotado por su viaje, lo cual le llevó a pedir a los tres animales que le consiguiesen algo de comida. El mono se subió a un árbol y recogió jugosas frutas, el zorro con su gran habilidad para cazar atrapó un ave y el conejo, con gran pesar, volvió con las manos vacías.
Al ver al viejo con la cara triste y cansada, se sintió culpable. Entonces recogió ramas y hojas secas, encendió una fogata y se lanzó dentro para ofrecerse a sí mismo como alimento
Al ver esto el viejo vagabundo, conmovido ante el trágico sacrificio del pobre animal, experimentó un profundo dolor, y lloró copiosamente mirando al cielo. Luego, golpeando el suelo con su bastón exclamó:
– Todos merecen mis alabanzas, pues han sido buenos y valientes. No hay ni vencedores ni vencidos, pero la prueba de AMOR del conejo ha sido excepcional.
El viejo, entonces, reveló su verdadera identidad: era una deidad de gran poder que recogió los restos del conejo y los enterró en la luna como monumento a su gesto de solidaridad.
Ésta es una historia de sacrificio y entrega que forma parte de la cultura japonesa. Como nota curiosa, después de narrarla suele explicarse, principalmente a los niños, que los conejos saltan tratando de alcanzar a su héroe que descansa en la luna.

Se parece algo a la leyenda azteca sobre el conejo en la luna, (aunque a mi nunca me quedo claro si Quetzalcoatl se come al conejo o no) por eso me llamo mucho la atención que en otro país y especialmente en un país tan alejado a México, haya una coincidencia como esta, que bueno, si se ponen a pensar, nuestra querida serpiente emplumada, el buen Quetzalcoatl tiene toda la pinta de dragón chino jejeje.
Les dejo también el cuento azteca por si no lo recuerdan o lo conocen; yo me acuerdo que lo leí en uno de los libros de lecturas de la primaria, y traía una ilustración muy bonita.
Quetzalcóatl, el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo con figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre.
Pero todavía siguió caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos.
Entonces se sentó a la orilla del camino, para descansar, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
-¿Qué estás comiendo?, – le preguntó. -Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco? -Gracias, pero yo no como zacate. -¿Qué vas a hacer entonces? -Morirme tal vez de hambre y de sed.
El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo:
-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.
Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:
– Me emocionan tus palabras – le dijo acariciándole la cabeza con suavidad – A partir de hoy, siempre serás recordado. Te lo mereces por ser tan bueno.
Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después, el dios lo bajó a la tierra y le dijo:
-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.
Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
Espero les haya gustado este datito curiosón :D

Comentários